Bonjour à tous!
Recordando con nostalgia el verano en el pueblo, al aire libre, sin mascarilla a todas horas... respirando, en resumen. Todo el mundo habla de lo sacrificadas que son las demás profesiones, pero nadie se acuerda de nuestro gremio, el de los profesores. Llevar mascarilla 6 horas seguidas hablando esas 6h sin parar y sin aire acondicionado es bastante duro. Estar metidos en un aula con 20 alumnos, cada uno de su padre y de su madre, que puede que estén contagiados (o no), pero nosotros tenemos que estar ahí. Entramos y salimos una media de 5 veces al día en diferentes aulas, lo que supone una exposición al virus de 100 alumnos diarios que, a su vez, están cada uno en su casa con varias personas, por lo que la exposición que tenemos no solo es de 100 alumnos diarios realmente... No pretendo dar lástima. Es mi trabajo y apechugo con él igual que el resto de españoles con los suyos (unos mejores y otros peores), pero solo pido que se valore un poquito nuestra profesión frente a la situación actual. No solo damos clase, también desinfectamos, tomamos temperaturas, somos policías en los patios y un sinfín más de cosas que no me voy a poner a contar, como papeleos varios.