jueves, 14 de julio de 2016

LA BODA (parte 1)

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Bonjour à tous!

Por fin puedo enseñaros las fotos de nuestra boda y contaros todos los detalles. Como sabéis el 11 de junio nos casamos y el día empezó a las 10:00 de la mañana en la peluquería donde me ondularon el pelo para peinarme después a las 14:00.  Esas 4h que quedaban por medio me fui a desayunar con mi madre por ahí y a recoger mis pendientes en la joyería. Los pendientes de aljófar eran una joya familiar del S.XIX que había llevado para que me cambiasen el cierre y me quedasen más ajustados.
A eso de las 13:00 cogimos todas las cosas de casa y nos fuimos al Parador de Zamora, donde me terminaron de peinar y donde me maquillaron. Elegí un recogido de novia,  bajo y de estilo antiguo, y añadí una semicorona de flores de Sister´s Tocados. Respecto al maquillaje, tenía muy claro que quería llevar los ojos muy marcados (como en mi día a día) y los labios en color cereza.


Dicen que cuando encuentras tu vestido de novia lo sabes nada más probártelo y, la verdad, es que fue realmente así. En diciembre mi madre, mi mejor amiga y yo fuimos a Rosa Clará, en Salamanca. ¿Por qué Rosa Clará? Siempre ha sido mi marca preferida y no podía casarme con un vestido que no fuese de esta diseñadora. Tan solo me probé 4 vestidos y creo que no tardé ni media hora en elegir el vestido. Hace varios años me enamoré del modelo Cáceres y quería casarme con él, pero al llegar a la tienda en marzo de 2015 me dijeron que estaba descatalogado ese tejido brocado, que era precisamente lo que más me gustaba... Cuál fue mi sorpresa en diciembre al ver la colección de 2016 cuando me encuentro en modelo Ducado, mi vestido, con ese mismo brocado y aun más bonito y original. Realmente era un vestido super sencillo, pero con un gran escote en la espalda, manga francesa y con cola desmontable. Era, simplemente, el vestido que siempre había soñado. Lo único que le cambié fue el lazo de la parte de atrás porque yo quería el típico lazo de Rosa Clará y no el que venía con el vestido. También le ensanché la cinturilla, modifiqué un poquito las mangas en los hombros y unos botones que venían en la falda y...¡listo! ¿Sabéis lo mejor? Que el vestido llevaba bolsillos y, creedme, que lo agradecí, me vinieron genial para llevar los kleenex porque estuve llorando media boda, jajaja. 







Mis tres damas de honor vinieron al Parador y, junto con mi madre, me ayudaron a vestir. No tardé nada porque me negué a llevar cancanes ni cosas raras e incómodas, simplemente, el vestido.


 A las 18:00, un Bentley antiguo nos esperaba en la puerta a mi padre y a mí para llevarnos a la Iglesia de San Ildefonso de Zamora. La ceremonia fue muy emotiva, con un cuarteto de cuerda y una soprano, pero también divertida porque el cura la hizo bastante amena con bromas incluidas. Para la ceremonia llevé un velo marfil muy sencillo de La Parisién. No quería que fue amantillado porque el vestido ya tenía un tejido brocado e iba a parecer muy recargado.






Fotografías: Teaser Producciones

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